casi siempre mientras un hombre intenta escribir alguna mujer no para de entrar y salir, quiere tal, quiere cual.
casi siempre mientras un hombre está escribiendo mantiene discusiones simultáneas con alguna mujer.
no es fácil discutir con una mujer y escribir al mismo tiempo. a veces creo que algunas mujeres tienen celos de la máquina de escribir.
la máquina de escribir les costea comidas en restaurantes, un coche decente, ropa, zapatos. pero tienen celos de la máquina. «cuando subes a escribir, me quedo aquí sola», dicen.
cuando subo a escribir yo también estoy solo. hubo veces en que no había adónde subir. hubo veces en que solo era una habitación con el retrete al fondo del pasillo. hubo veces en que no había habitación ni máquina de escribir, solo un banco en el parque.
«esa máquina es tu muleta», dicen con buen juicio.
soy muy viejo para volver a la fábrica, la fábrica no me querría ya.
por suerte esta máquina me ha sido tan fiel como cualquier mujer que haya conocido.
y esta noche es una noche especial. estoy solo de nuevo igual que cuando empecé.
mis dedos sacuden las teclas. la guerra nunca ha cesado. me gusta esta lucha.
y ahora me doy cuenta de que no hay nada tan hermoso y tan puro y tan perfecto como una frase bien escrita.