Estamos todos afilando las hachas. Esto es invivible hermano. Llevamos un desgaste y una mala hostia solo por tener los ojos y los corazones abiertos de par en par y viendo cómo están MATANDO a nuestros hermanos sordos y subnormales, cómplices directos o indirectos.
Conservamos la empatía y estamos vivos y conscientes presenciando abominación tras abominación desde tierra mar y aire. Deseamos justicia y también venganza, por haber llevado a la humanidad hasta este punto sin retorno. Por haber convertido un paraíso en un infierno en dónde la corrupción y la maldad de los traidores decrépitos, siguen burlándose de la bondad.
Aún tengo confianza en que los veremos dónde tienen que estar. Convertidos en gusanos, pudriéndose en la misma pila de cadáveres que crearon con su indignidad.