Definitivamente este ángel se hace el que no me conoce o me conoce poco. No sabe que esa atribución que me dió es extremadamente pobre y no llega para nada a describirme completamente. Mis ternuras,no soy el Dios de la belleza. Si a alguien le pega más esa definición es a Afrodita. Y yo soy mucho más que eso. Fui el dios más venerado en la antigüedad griega, después de Zeus. Tan importante fue mi culto que sobrevivió de forma encubierta hasta la Edad Media. De hecho, hoy en día se sabe que tengo seguidores que aún me invocan.
Soy el dios de las artes, de la profecía, portador de la luz de la verdad, regente de las plagas, las epidemias y la muerte súbita, pero también de la sanación y la protección contra fuerzas malignas.
Así mismo, se me adjudica la regencia sobre la belleza, la armonía, el equilibrio, la perfección. Iniciador de madurez en los jóvenes, protector de pastores, marineros y arqueros, así como señor máximo del arco y la flecha. También dios de la música y la poesía, jefe de las musas y patrón del Oráculo de Delfos.
Uffff...se me quedó algo?No creo,al menos para ustedes es suficiente presentación y méritos. Hoy su mundo se rige por títulos y reconocimientos así que no creo que Miles de los que cualquiera de ustedes pudiera poseer iguale a alguno de los míos.
En fin,mi sino acá no es presumir pero si lo hago no lo tomen en consideración es parte de mi esencia solamente. Cómo bien dijera ese caído este mundo está en decadencia. Me alegra saber que fui testigo de como se gestaba y de sus bellos inicios, pero la triste realidad es que el desarrollo trae confort pero no belleza. Y es que un mundo que se aleja de lo natural no es un mundo bello es simplemente un mundo estilizado y complejo,carente de elegancia minimalista.
Vives en una sociedad donde todo tiene un uso limitado y donde el consumismo, los hace vivir más deprisa de lo que deberían. Esta modernidad es una sociedad líquida basada en la fragilidad de las relaciones humanas.Todo fluye muy deprisa y se les escapa de las manos porque no se esfuerzan en contenerlo. Se valora lo bello y lo nuevo como reflejo del consumismo más puro. Es algo etéreo que se adora, y que más tarde se deshecha.
Es cierto que el atractivo físico siempre tendrá poder y eso es algo que nadie puede negar. Ahora bien, la hermosura sin carisma se queda hueca, vacía y es frívola, porque en realidad, lo que de verdad conquista es la actitud de una persona hacia la vida.
De ese modo, toda persona obsesionada con este tipo de relaciones interpersonales basadas solo en la apariencia y en la necesidad de contar con un aspecto físico impecable, está condenada a una especie de “obsolescencia programada”.Su vida útil será breve, lo que le dure la juventud. No obstante, el verdadero problema está en ese vacío interior donde se intuye una baja autoestima y una dependencia absoluta hacia las opiniones externas. Hacia esas relaciones líquidas que no perduran, y que solo buscan el beneficio momentáneo. La belleza, debe ser pues algo más que un envoltorio físico. Debe ser una actitud ante la vida.
Nosotros los dioses paganos
no somos en su gran mayoría perfectos,moldeamos muchas de nuestras formas de acuerdo a las circunstancias pero nunca perdimos nuestra escencia en el proceso,y ahí radicaba nuestra belleza en que siempre hemos sido auténticos y singulares.
Hoy estoy aquí para mostrarles la belleza de las personas auténticas.
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